Vengo a visitar la primavera
Vengo a visitar la primavera brota tan díscola mi voluntad que ya no la retienen ni las suaves paredes de la crisálida ni los pétalos replegados de puro triste. Ha de salir y al fin resurgir entre espasmos de dicha y desdicha entre sueños quebrados y por venir. Ha de salir y florecer. Vengo a visitar la primavera me espera con las flores del manzano a punto y el primerizo azahar ondeando. Me perdí la cosecha de las almendras y no recogí las aceitunas. Pero de nuevo estoy aquí enfrentada a las paredes rocosas a la sombra de tu torre. […]