Canción de los nudos

Anuda el vivo aroma de la higuera al verano
anuda la amapola, en perfecto ejercicio,
a los campos de trigo en primavera.
El paso de los meses al reloj del Otoño.
Anuda tu espíritu al cetro del cerezo.
Anuda tus pies rectos a la esfera azulada.
Tu tiempo al tiempo breve de las tercas hormigas.
Tu caricia salada al adusto altiplano.

Sé ligero, tranquilo, sobrio y enamorado

Anúdate a la arcilla, sé lago o sé violeta.
Que al mirarte las manos renazcan girasoles
Que al mirarte en mis ojos exploten nuestros vientres
Que el amor se confunda con los trinos del río
y que el río nos meza, nos cante, nos eleve
que la orilla aletee y que el viento remanse
que tu pena gladiolo, que la mía frambuesas.

¡Qué ligero, tranquilo, sobrio y enamorado!

Anuda la lavanda al transcurso del día,
una noche de mayo al jazmín generoso,
el almizcle del sexo al sudor de tu patio.
Anuda tu sonrisa al tenaz limonero.

Ve ligero, tranquilo, sobrio y enamorado.

Las golondrinas bucean sobre los peces altos,
la lluvia nos alivia.

Tú ligero, tranquilo, sobrio y enamorado.

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