Soneto blanco

Sueño con la caricia de tu cuerpo
euforia de floresta enamorada.
Sueño con el espacio de tus brazos
predilecto pupilo de los sauces.

A la hora de mi lecho te supongo,
perseveras en árbol, y yo alondra,
te entrego la lavanda reservada
en mi pecho anegado al abrazarte.

Pero el día no vuelve con tu abrigo,
y tu ausencia me anuda a esta plegaria.
Deshago estos anhelos con tristeza

y encarcelada en esta carne viva,
derramo mi tintero en el desaire.
El tiempo de quererte no sucede.

(Junio 2018)

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