Notas de mi diario. Sobre ser guapa

En cierta ocasión, una de las mujeres que más admiro por su aguda inteligencia y sentido del humor (comúnmente unidos), me contó que su abuelo falleció pensando que había tenido la suerte de casarse con una mujer tan bella que atrapaba las miradas de todos los hombres allá por donde pasaba. Lo que nunca supo el abuelo de mi amiga es que su señora solía buscar la mirada de cada señor con el que se cruzaba haciendo alguna mueca. Y claro, la víctima, casi siempre, le devolvía una mirada absolutamente perpleja.  Ser guapa no es una condición objetiva, es una […]

Notas de mi diario. Sobre los límites

En un taller de poesía aprendí sobre la potencia del endecasílabo. Escribir ciñéndote a las estrechas reglas de la métrica formal es un impresionante impulsor de la imaginación. Encerrar una idea, una imagen o una historia en el estrecho cuerpo de un verso medido tiene una capacidad expresiva bien conocida por todos y cada uno de los grandes de la literatura. El límite, el corsé, las reglas que no se puede vulnerar conducen los versos a estadios de extraordinaria belleza. Pero no solo en literatura, en todo lo que nos rodea encontramos límites. Empezando por la mismísima vida cuya primera […]

Notas de mi diario. Sin los demás estamos perdidos.

Detenida en un semáforo de la plaza España a mi lado una mujer exasperada gritaba al teléfono. No sé por qué, pero cuando colgó me dirigí a ella y le pregunté: ¿puedo ayudarla? Me contestó que sí y me contó que estaba desorientada que tenía que ir a Germanías a la consulta de su médico y que llevaba más de media hora dando vueltas y que no sabía llegar. Le indiqué que solo tenía que caminar recto y bajar por el túnel, pero le daba miedo así que me pidió que la acompañase. Yo iba justa de tiempo para acudir […]

Notas de mi diario. Febrero.

Ya estamos en febrero. Casi un año de aquel lobo feroz que abrió mi puerta y me miró. Y, desde el fondo de sus iris verdes, me dijo con descaro que quería devorarme, pero se quedó en las mantillas, en lobito patoso y desgalichado. Y mira que yo me aderecé con sal y con pimienta y un toque de durazno. Sin embargo, de nada sirvieron mis talentos de embaucadora, ni mis dotes de amante, ni mis cuentos ardientes. Se fue agotando el año y al final el pobrecito Eros que desempolvé del baúl de Sheherazade se fue por el retrete […]

Abría la niebla

Ayer, ayer tarde cayó el silencioy la tarde de triste nubladaabrió sus brazos, abrió la mano.Abría la niebla el ruiseñor:su canto y la paz,sus ojos y la vida, inmutable.Mi tiempo. Foto tomada prestada del blog: http://docnatureblog.blogspot.com/2017/04/el-ave-que-no-para-de-cantar-en-sus.html

Antimateria

Algunos arrastraban un duelo mudo,de esos amordazados que se les niegala condición de tristeza oficial,de los que se acarrean como silencios de antimateriadejando en cada esquinafragmentos de madrugadasque luego florecerán en sombras y en noviembre. Hechos de pérdida y de inocencia,-reconocidosen el vestigio impreciso de las miradas-lo arrastraban penosamente,del absurdo hacia el castigoascendiendo por una espiralde cristales invisiblesen la que solo los silenciosamente tristesse reconocían.

Desleídos

Porque somos no seremos,despertaremos una mañana y el tiempo nos habrá desleído.A ti y a los pliegues imperfectivos de tu alma.A mí y a mis renglones alborotados de pájaros.A nosotros y al soplo inerme de nuestros cuerpos.

Mi piedra angular

El ensueño es mi piedra angular.Construida en algodón gaseoso,proyectada en la costura del horizonte,ese trazado imposibleque terminará en la muerte.Mientras, vivo tantas vidas,me invento en tantas cariciascomo amigas imaginarias-llenas de dicha y de ventura-demorándose en las tardes de mayo;esas que nunca fueron.

Me llaman a las alas.

Y yo que suelo hablarcon golondrinas, apuro,como un vaso, el silbidogracioso de sus mercadeos aéreos.Y ellas que atan mi mirada,me amarran al zigzag de su rapsodia,me llaman a las alas. En la foto que acompaña al poema, el fotógrafo Daniel Bieber capta el momento en que una bandada de estorninos toma la forma de un pájaro

En la matriz de la carrasca

Ahora que han sucedidode una en una las cinco escalascon sus diez peldaños -y aún así-alegre y obstinada esta brisatrae de vuelta la primavera. Que en pie y sin zapatos regresode la justa de nuestros cuerpos frágiles.Que vengo con mi soledad ilesa.Ahora, vedados, de entre mis sueñosretumban mis fantasmas. ¿Qué haré si estoy desnuday apenas incorpórea?¿Qué haré con el sigilocautivo en la esperanza? De mí perdida y vacuasin puntos cardinales,ni viejas referencias.Apenas desolada, apenas sorprendida,apenas vehemente, apenas desdichada. ¿Qué haré a cuestas con estas sombras?¿Qué haré con esta inclinación a las caricias?¿En qué tapices de masculinopulso me tenderé mañana? Descepada […]