A la precisa velocidad de las mariposas

Érase una vez un niño y una niña un poco raritos que se llevaban muy bien y eran buenos amigos. Cada mañana de cada martes se encontraban en la sombra de un alcornoque en la sierra de Espadán. El niño iba con su viento dando saltos mágicos por las rocosas sendas detrás de los veloces gamos. La niña rodaba con precisión a la exacta velocidad de las mariposas. Y aunque cada mañana la luz del sol era diferente, siempre se reconocían en la sonrisa y a la sombra de aquel alcornoque, cada martes, se daban los buenos días. Así pasaron […]

La burbuja del tiempo

A menudo ando sin rumbo, a menudo vago sin reloj, sólo yo y las horas y el golpe de mis talones sobre la tierra. Lo hago a menudo y es una sonata tan poderosa, una melodía tan vital que me ancla al presente y me atrapa. Suelo andar por un parque o voy caminando hacia el mar, intentado escapar del asfalto terrible, intentado aprehender el vuelo de un gorrión, adivinar al cernícalo o admirar a una pequeña culebra que asustada se aleja de mis botas. Salgo del reloj, errante sobre las horas, sobre mi sombra, entretenida, observando como la luz […]

El soplo perpetuo

Los días y los meses son los viajeros veraces del tiempo. Nosotros pretenciosos deambulamos exhibiendo el presente con los pies en la hojarasca. Y condenados al camino, mentíamos, ni inmortales, ni peregrinos, robábamos a las bielas y al reloj el soplo perpetuo de cada senda.

En el valle de los niños

Nosotras que ayer fuimos creyentes del abrazodesconcertadas hoy en esta orilla. En medio de la bruma que sube hacia el estrato,corriente de las vidas que temprano se disipan.La niebla y la mañana ascienden apenadas. -Ni el río, ni el sol, detienen el rocíoante tu marcha- Nosotras que ayer fuimos audaces trapecistas,habitantes del valle donde juegan los niños.Pleamar del abrazo, del aire y de las bielas.sobre el viento redondo y sin aristas.Acunamos, redondo y tierno, a los amigosapilando pedazos de niñez en las esquelas. -Luna y ocultaen la sortija suavede tus abrazos-

¿Qué hacer si te marchabas?

(A mis amigos de AMA) El día que partiste dijimos que volaste.Tal vez siempre supimos que breve mariposa,por fin desplegarías tus dos alas de rafia. En ese día fúnebrede todos el más largo,bañadas y desnudas, repletas las alforjasdel cielo y nuestras bielas,del mar y nuestras ganas, ¿Qué hacer si te marchabas? Quisimos apresarte,aún desarropado,ni el sol te retenía, ni los surcos del vallesembrados de esperanza. Quebradas nuestras risas, alzamos nuestros brazos.Los trapos insurgentesnegaban las banderas,volvían a ser ala. ¿Qué hacer si te marchabas? Ancladas y abatidas, un poco más confusas,más cerca del abismo, al fin más asustadas. Dudamos si envidiarla gracia […]

El nómada que deambulaba en patinete eléctrico.

Nuestra historia como “homo sapiens” se remonta a unos 300.000 años atrás. Durante miles de generaciones nuestros antepasados partieron de algún lugar de África y alcanzaron con sus dos pies casi todos los rincones del planeta. Durante todo ese tiempo fuimos recolectores y cazadores en pos de la primavera o alguna manada de rumiantes.

Impenitente

A veces en un impulso terco despliego mis postigos y así las alondras que gorjean en mi pecho salen al aire impenitentes. Entonces la mañana se aprovecha y el cielo se cuela entre las líneas de mis noches a oscuras. Generosa en el justo instante, la condición de luz de tus pupilas, de agua sin arroyo, mece las negras ondas de las mías, y vuelven al aliento enamorado de mi voz que resucita y florece cuando me nombras y me haces cierta. (Foto tomada prestada de DocNatureblog)

En perfecta camaradería.

Esta última foto se la hice nada más subir a la sierra de Irta. Allí estaba esperándonos y nos fue recibiendo con sus bromas y su inagotable buen humor. Muchas risas y hasta momentos de filosofía con el radiante Mediterráneo al fondo. Luego fuimos todos a una bellisima playa y nos bañamos desnudos en perfecta camaradería, con más risas y bromas, no en vano estábamos celebrando el décimo aniversario de Ama. Un grupo nos quedamos a comer en una pinada cercana y otro, donde iba él, decidió seguir pedaleando. Ya no volvimos a ver con vida a Vicente. De alguna manera […]

A vuelapluma

Aquí retomo el vuelco de tu abrazo a la vuelta de la tarde amortajada y el vuelo de tu voz a vuelapié en la plaza de creciente a llena. En el gesto dilatado, los votos de ternura esférica que a vuelapluma renuevas en el pasillo. Al giro de la nada inconmovible germinan los abrazos con vocación de estanque. Tu verano y el mío que son dos, prestan sus frutas dulces a Juno, pronta, pérfida y celosa que le arrebata al mar nuestros amigos.

En los nudos cansados del tiempo

(A Vicente Navarro) Ah, tu cuerpo anunciado en penumbra. La cintura que añora lejanas caricias. Y los sueños al raso. Con los ojos lavados de nuevo en las manos las nuevas cerezas y el verano de nuevo a tu paso Tu sentado a la orilla del río memorizas despacio un conjuro que se lleve tus miedos muy pronto. Esa sombra que apaga las pieles y el sonido exquisito del aire y la costa gozosa de agosto. Se hace tarde, la luz que se cierra debilita las horas centrales y te miras el alma mudada. En los nudos cansados del tiempo pertinaz, […]