A las edades de Gaia
Diserta, cantarina, la cigarra al albaque en la red de la vida, el breve nos sostiene Percusionista muda y encubiertapregón fragante de tu mediodía.declama a la mañana tornasolada, y al arroyo devuelve el rastro de la libélula. Ella con sus escamas irisadas se detiene resuelta en los claveles. Y a la hora de la siesta el polvo fértil se posa sobre el hombre y despoja a la azucena. Dale voz oculta en el cerezo cuando implora:¡El ser más nimio apuntala al más gigante! El viento violenta el remanso, la tarde se cierra, lo vivo propicia lo vivo, y el hombre […]