Condormides
Estos días atrás estuve caminando desde Orense hasta Santiago de Compostela. Y aunque partí sola, pronto el camino me trajo nuevos compañeros de viaje. Maravillosas personas de múltiples nacionalidades, con las que se creó una dulce camaradería políglota. Nuestros idiomas: el castellano, el portugués, el italiano, una pizca de valenciano y el dulce gallego de la tierra que nos acogía, lejos de alejarnos nos hermanaban. Era muy divertido descubrir los recovecos, las similitudes y las divergencias de nuestras lenguas y constatar que siglos de separación no eran suficientes, ni obstáculo, para impedir la comprensión, la empatía y el cariño. Las […]