En tu curva morena se reúnen
la tarde, la mañana y mi mirada.
entre las luces y el arrojo
las vergüenzas y la sombra.
Las ancianas, las niñas,
todas quieren mirarte
en tus brazos tendidos
que mecen los luceros,
y el olor a tormenta
que anuncian los gorriones
Todas quieren mirarte.
Se anudan al mediodía,
y despegan el aire a borbotones.
Tu nuca es su reclamo.
Con el alma desvaída
de cruzar un largo otoño
Allí me he detenido
en la burbuja del tiempo.
La tarde se hace cóncava
Tu sombra se proyecta en mi silencio.
Todas quieren mirarte