T´estime

Hay tardes a finales de septiembre
que deshojan reversos
como si fuese otoño.

De dos en dos resbalan sonrojados,
el seco vendaval
los confina a la tierra.

Allí, pacientes, verbos y pronombres
aguardan la revuelta
que eleve los rastrojos.

Mensajes que en su cárdena simiente
nacían para viento,
al fin solo luciérnagas.

Al borde del camino fosforecen,
declaran, te convocan
y vuelan cariñosos.

Pájaros diminutos y cantores,
los arranca del alma
la ascensión de una estrella.

Tormentas del arrojo que el miedo arremolina.
Rescoldo de mi pecho, alado y vulnerable.
Ruiseñor y pasión de entre mis brazos.
Palabras detenidas en la brisa

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