Los besos, los abrazos que no das
no se pueden guardar, se desintegran
en ondas que caen por el desdeño
versado, frío y tenue de la alberca.
Y así, abandonados a su suerte,
perecen sobre el cuarzo del rocío.
Ilustración El beso de Senju
‘Kuchidzuke - A Sensual and Poetic Ode to Gustav Klimmt’
2 comentarios en «La economía del afecto»
No se pueden guardar, no sirve de nada y además es contraproducente. Felicidades. Saludos
No se puede no, no hay que ser tacaños en esto del afecto. Feliz sábado.