La pena sobre la arena

Tengo mi tiempo en las manos y otra vez en primavera, entre amapolas y aviones, camino sobre la tierra. Alrededor mariposas, y la tarde de violetas. El mar amigo susurra: ven sobre mis grises crestas. El mar engaña a las niñas: sin ropa te amo, pequeña. Otro mayo y tú desnuda sin ropa en el mar turquesa En este cuerpo añorante se me ha colado esta pena, se me ha colado y la arrojo, despacio, prenda por prenda, con mi cabello y mi pecho, la dejo sobre la arena. Hija del mar al mar vuelvo, de madre y caricias huérfana […]

Son las estructuras….

Leí sobre la arquitectura de las decisiones: “en una sociedad correctamente organizada, actuar bien debe resultar fácil y obrar mal debe tener consecuencias. El propio contexto de la acción debe llevarnos a actuar correctamente”. Sin embargo, se incide una y otra vez en nuestro comportamiento individual obviando el proceso que nos lleva a tomar una u otra decisión. La mayor parte de los problemas que tenemos relacionados con las diferentes crisis ecológicas poco tienen que ver con nuestros comportamientos como individuos. Vivimos en sociedades complejas ordenadas a través de estructuras que nos conducen a una serie de comportamientos y que […]

La burbuja del tiempo

A menudo ando sin rumbo, a menudo vago sin reloj, sólo yo y las horas y el golpe de mis talones sobre la tierra. Lo hago a menudo y es una sonata tan poderosa, una melodía tan vital que me ancla al presente y me atrapa. Suelo andar por un parque o voy caminando hacia el mar, intentado escapar del asfalto terrible, intentado aprehender el vuelo de un gorrión, adivinar al cernícalo o admirar a una pequeña culebra que asustada se aleja de mis botas. Salgo del reloj, errante sobre las horas, sobre mi sombra, entretenida, observando como la luz […]

El soplo perpetuo

Los días y los meses son los viajeros veraces del tiempo. Nosotros pretenciosos deambulamos exhibiendo el presente con los pies en la hojarasca. Y condenados al camino, mentíamos, ni inmortales, ni peregrinos, robábamos a las bielas y al reloj el soplo perpetuo de cada senda.

Derramándome el sol

Con el pecho dañadoyo regreso al ruborde la colina fértil,para escalarla suaveen la luz bermellón que la atraviesa. Si mis venas rendidasayer aprisionabanel dolor de mi pálpito.Hoy laten conmovidas,transmutadas en músculo de cepa. ¿Sentiré la cascada?¿La grana en las caricias?¿El arroyo de azúcarque resbala torrentepor la tarde que aleja la tristeza? Voy extraña, voy herida.Derramándose el solen mis piernas sesgadas, descubiertas

A buen recaudo

Conservo en mi mano aquel aro,cetrino, preciado, refugio,de aquel fulgor sonoro-que no me roba nadie,que nadie me reclama-El día de junio sombríoque me indultaron en el centrode su circunferencia,la ternura perdió sus plumas. Conservo en mi pecho ese roce,allí lo redondeo al alba,en el mar bermellón del cieloy se instala en el verso oscuro,donde no tengo luz, ni sombra,donde soy verbo y soy mordazadonde soy ala y soy cancela.Agazapada, a buen recaudo,en la sombra del salce denso.

Al mar turquesa

I En espuma, en nada,el océano de nuestras memorias.Tú allá, de pie, sobre una barca,y los remos rompían en millas ondas de mi rostroen el mar de tus deseos. II Yo te miraba.La curva de mi pecho no era mía.Mi amor no era mi amor,la arcilla carmesí sobre mis pies.El mar turquesa. Al fondo el mar.Al fondo de tus ojos inclementes,rescoldos de otros soles.Ceniza derramada y cenicientaen mis entrañas. Yo estaba en la colinadel color del almendro y de los vallesmis alas arraigadas, toscas.Y mi mar no era azul,no era turquesa. Yo te soñéapresabas los remos, te alejabasen el mar […]

Frunce tus sueños

  En las líneas de tu memoria,volcadas sobre el folio blanco,sobre los pobres, torpes renglonesla pulsión de las flores se expandey ya no juegas, el cuerpo es polen.Y ahí, en tu pecho, florecen besosque con determinada fierezaalivian el miedo a los delirios. ¿A qué resguardo pusiste la cariciade aquella que siempre te amaba? La mirada de aquella mujerque partida arrastra por la casael aliento en ciernes de otras vidas.El olor de la ropa lavada-con que suavidad frunce tus sueños-La noche olvida un beso en tu frente,en duermevela, allí, entre las sábanas,y ella susurra: mi niña, ¡qué guapa eres!

El emperador está desnudo

Existe una fuerte pulsión que empuja cada vez a más personas a utilizar las bicicletas como medio de transporte urbano. Pequeños cambios estructurales, como un servicio de bicicletas de alquiler o algún nuevo carril bici que cruce una avenida hostil y te lleve a la otra parte de la ciudad, obran milagros.

En el valle de los niños

Nosotras que ayer fuimos creyentes del abrazodesconcertadas hoy en esta orilla. En medio de la bruma que sube hacia el estrato,corriente de las vidas que temprano se disipan.La niebla y la mañana ascienden apenadas.-Ni el río, ni el sol, detienen el rocíoante tu marcha-Nosotras que ayer fuimos audaces trapecistas,habitantes del valle donde juegan los niños.Pleamar del abrazo, del aire y de las bielas.sobre el viento redondo y sin aristas.Acunamos, redondo y tierno, a los amigosapilando pedazos de niñez en las esquelas.-Luna y ocultaen la sortija suavede tus abrazos-