Notas de mi diario. Sin trampa ni cartón.
−¿Y dónde vas? −me preguntó. −Voy en bici a una playa nudista para bañarme con la última luz del día. Lo hago todas las tardes −respondí. −Cuando vuelva me dejas una bici y te acompaño. −Claro, por mí perfecto, ¿haces nudismo? −No, en Italia no es costumbre. Lo haré por primera vez contigo. Soy excéntrica, quienes me conocen lo saben. Además, practico el nudismo por afición, con convicción y hasta como símbolo de rebelión. Este hombre era un contacto de Tinder, de estos con los que quedas una sola vez, pasas un buen rato conversando, no sucede nada y terminan […]