Ayer, ayer tarde cayó el silencio
y la tarde de triste nublada
abrió sus brazos, abrió la mano.
Abría la niebla el ruiseñor:
su canto y la paz,
sus ojos y la vida, inmutable.
Mi tiempo.
Foto tomada prestada del blog: http://docnatureblog.blogspot.com/2017/04/el-ave-que-no-para-de-cantar-en-sus.html