Conservo en mi mano aquel aro,
cetrino, preciado, refugio,
de aquel fulgor sonoro
-que no me roba nadie,
que nadie me reclama-
El día de junio sombrío
que me indultaron en el centro
de su circunferencia,
la ternura perdió sus plumas.
Conservo en mi pecho ese roce,
allí lo redondeo al alba,
en el mar bermellón del cielo
y se instala en el verso oscuro,
donde no tengo luz, ni sombra,
donde soy verbo y soy mordaza
donde soy ala y soy cancela.
Agazapada, a buen recaudo,
en la sombra del salce denso.
2 comentarios en «A buen recaudo»
Eres buena, abogada! Gracias por enseñarme nuevos vocablos (salce) y por removerme las neuronas con tan pocas líneas.
Me quedo con ganas de más pero ya tienes un adepto a tus entradas (y salidas)
😉
Jajaja Luis, abogada del planeta….seré 🙂 ¡Qué alegría que te gusten mis versillos! Nada que ver con mis seriosos artículos sobre la bici….pero la poesía es para mí una necesidad. Espero no defraudarte con mis entradas (y salidas). ¡Muchas gracias!