EN CUERPO Y ALMA

(Explorando el romance)

Todo nació del abrazo,
y en ese instante propicio,
la luz detuvo al verano
en las lindes del cariño.
Sellaron en esa tarde
los términos del amigo.
Seres de brazos abiertos,
arbóreos y genuinos.

Pero aquella madrugada,
entre el abrazo escondido,
la noche coló el perfume
de los nardos al suspiro.
Delta carnal de la sed
al que van todos los ríos.
La hora anhelante y abierta
asomada al precipicio.

-Con impudor, compañero,
te reclamo al dulce rito,
a las más dulces caricias,
al dulce arrullo, al más íntimo.
Te propongo que te arrojes
de mis yemas al vacío.
Acordonar nuestros labios
en lo incierto del idilio-.

Solo con un beso hondo
que en el aire hubiera ardido.
Un beso para invocarle,
animal vivo y lascivo.
Un beso para esgrimir
la flama que aleja el frío.
Solo un beso que rodea
la antesala del abismo.

Van con el miedo arrastrado
construido en los latidos
del vientre voraz de besos
donde escapar del destino.
La dentellada caliente,
cuando las bocas son filos,
es un volcán que convoca
entre brasas a los vivos.

-Nuestro tiempo es horizonte,
angosto, turbio, plomizo.
Los hombres, pobres, se alejan
de lo justo y lo divino.
Pero tu mirada es alba
donde yo me precipito.
Protégeme con tu beso
de este mundo tan sombrío-

Enero 2020

Nótese el uso de la cursiva en “dentellada caliente”, hermosa imagen que traigo desde “Elegía a Ramón Sijé”, a este humilde romance. Es la forma que encuentro de rendir el debido tributo a la voz de Miguel Hernández que vive y resuena en mí siempre. Él fue mi punto de partida en el camino de la poesía.

La ilustración maravillosa es de Lorena Quilo. Aquí una muestra de su trabajo.

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