Demórate

Tengo dos historias de amor asestadas en el pecho.

Una es brillante.

Me lleva de la mano por las espaciosas salas de mis recuerdos
y vuelvo a viajar pedaleando a través de las estaciones y de las flores
de los campos de trigo y los amigos
del olor de la higuera madurando.
Y regreso al esplendor de los días sin hogar, errantes.
Y vuelvo a sentir el abrazo del verano que te colma
te calienta y te acompaña

La otra es opaca.

La otra me arrincona en el sueño febril
en las noches de vigilia
se acerca a mí inesperadamente
me acecha
escupe en mis ojos fotografías que me traspasan.
No sé como esquivar esta historia de amor
empeñada como está en ensuciar las esquinas de mi casa.

¿Qué puedo hacer con ella?
Vestida de realidad tozuda que grita, que clama y me reclama
sal, escoge la luz mayor, olvida, aléjate, no te demores,
deja que el simple ir y venir de las semanas
resuelva la tristeza.

Y no sé cuál de las dos
al término del día me punzará
pero creo entrever que la vida está al final
a la derecha del recodo del triste verso.

Dibujo: “Salvados” by Lorena Quilo

 

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